La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Valentina Fernández considera clave el papel de la mujer en la primera línea de combate en los conflictos armados porque ante una situación límite deben trabajar junto a los hombres "de forma paralela".
Fernández cree que en este momento el ejército español es la clara imagen de la sociedad del país, ya que en él se integran de manera coordinada hombres, mujeres y extranjeros, según ha dicho hoy en el marco de las jornadas "Conflictos futuros. Panorama 2009", organizadas en Granada por el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (MADOC).
Actualmente, las Fuerzas Armadas de España son el colectivo de la Unión Europea con mayor número de mujeres, un 13,5 por ciento del total, y solo se sitúa a nivel mundial por detrás de Estados Unidos y Canadá, ha explicado.
La integrante del CSIC ha asegurado que "todas las guerras han sido y son asuntos de hombres y mujeres", lo que se refleja por ejemplo en los textos históricos que demuestran que las mujeres han participado activamente en los conflictos armados, y que en muchos casos han dejado escritos importantes sobre ellos.
En la sociedad occidental el salto de la mujer en el mundo laboral se produce a raíz de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvieron que ocupar puestos de hombres que se fueron a combatir, mientras que la transición democrática es la que las lleva a incorporarse al ejército, ha añadido.
Fernández ha afirmado que el hecho de que las mujeres entraran en las Fuerzas Armadas Españolas solo respondió a una "cuestión política" porque en realidad no había necesidad de ello, con los puestos cubiertos, pero había que dar cumplimiento a los derechos constitucionales.
Las diferencias culturales entre países marcan en la mayoría de los casos su participación dentro del ejército, ya que en Alemania por ejemplo no pueden portar armas y sólo se ocupan de puestos sanitarios.
Ha resaltado el papel de las mujeres para llegar a captar a determinados sectores de las sociedades que son víctimas de un conflicto armado, ya que se pueden identificar con ellas o tener menos miedo.
Respecto al terrorismo, Fernández ha diferenciado entre el occidental, en el que no se busca la muerte del propio terrorista, y el islamista, en el que "el cuerpo del terrorista es un arma más", cada vez más con mujeres y niños involucrados, ya que ha dado "un cambio radical en los últimos años".
Precisamente los atentados terroristas afectan "de una forma terrible" a la población civil y al trabajo de las Fuerzas Armadas, ya que no permiten llevar adecuadamente las tareas de seguridad y reintregación social de los habitantes de las zonas en conflicto.
Para que todas las sociedades puedan integrar a la mujer en sus estructuras laborales, dentro y fuera del ejército, Fernández ve necesario "acudir a la educación" y apoyar a los grupos que defiendan los derechos humanos.
En este sentido se deberán llevar a cabo "cambios políticos importantes" en esos países, como Afganistán o Pakistán, porque aunque los países desarrollados intervengan "el proceso tendrá que surgir de las propias sociedades locales".
Fernández cree que en este momento el ejército español es la clara imagen de la sociedad del país, ya que en él se integran de manera coordinada hombres, mujeres y extranjeros, según ha dicho hoy en el marco de las jornadas "Conflictos futuros. Panorama 2009", organizadas en Granada por el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (MADOC).
Actualmente, las Fuerzas Armadas de España son el colectivo de la Unión Europea con mayor número de mujeres, un 13,5 por ciento del total, y solo se sitúa a nivel mundial por detrás de Estados Unidos y Canadá, ha explicado.
La integrante del CSIC ha asegurado que "todas las guerras han sido y son asuntos de hombres y mujeres", lo que se refleja por ejemplo en los textos históricos que demuestran que las mujeres han participado activamente en los conflictos armados, y que en muchos casos han dejado escritos importantes sobre ellos.
En la sociedad occidental el salto de la mujer en el mundo laboral se produce a raíz de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvieron que ocupar puestos de hombres que se fueron a combatir, mientras que la transición democrática es la que las lleva a incorporarse al ejército, ha añadido.
Fernández ha afirmado que el hecho de que las mujeres entraran en las Fuerzas Armadas Españolas solo respondió a una "cuestión política" porque en realidad no había necesidad de ello, con los puestos cubiertos, pero había que dar cumplimiento a los derechos constitucionales.
Las diferencias culturales entre países marcan en la mayoría de los casos su participación dentro del ejército, ya que en Alemania por ejemplo no pueden portar armas y sólo se ocupan de puestos sanitarios.
Ha resaltado el papel de las mujeres para llegar a captar a determinados sectores de las sociedades que son víctimas de un conflicto armado, ya que se pueden identificar con ellas o tener menos miedo.
Respecto al terrorismo, Fernández ha diferenciado entre el occidental, en el que no se busca la muerte del propio terrorista, y el islamista, en el que "el cuerpo del terrorista es un arma más", cada vez más con mujeres y niños involucrados, ya que ha dado "un cambio radical en los últimos años".
Precisamente los atentados terroristas afectan "de una forma terrible" a la población civil y al trabajo de las Fuerzas Armadas, ya que no permiten llevar adecuadamente las tareas de seguridad y reintregación social de los habitantes de las zonas en conflicto.
Para que todas las sociedades puedan integrar a la mujer en sus estructuras laborales, dentro y fuera del ejército, Fernández ve necesario "acudir a la educación" y apoyar a los grupos que defiendan los derechos humanos.
En este sentido se deberán llevar a cabo "cambios políticos importantes" en esos países, como Afganistán o Pakistán, porque aunque los países desarrollados intervengan "el proceso tendrá que surgir de las propias sociedades locales".
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