Indignación entre los componentes del Tercio Gran Capitán de Melilla, al que le corresponde este año desfilar el Jueves Santo con la Congregación de Mena Mandos culpan de la discutida decisión al jefe de la Fuerza Terrestre
DIARIO SUR
09.02.09 -
ANTONIO ROCHE
MÁLAGA
«Sabía que se liaría cuando trascendiera a la opinión pública», dice un jefe militar
En La Legión no ha sentado nada bien la decisión del alto estamento militar de recortar la presencia de legionarios en la Semana Santa malagueña y suprimir el tradicional desembarco en el puerto de la ciudad. «La decisión no nos ha cogido de sorpresa. Los jefes ya conocíamos la intención que había, y sabíamos que se iba liar cuando trascendiera a la opinión pública», dijo ayer a SUR un jefe de La Legión.
Un oficial, consultado por este periódico, indicó que esta decisión no «está tomada al azar», sino que forma parte de una estrategia para ir «cargándose La Legión poco a poco», y lo justificó en algunas decisiones internas que han sentado muy mal a los componentes de este cuerpo de élite del Ejército español. Una de ellas es la de ascender a tenientes a sargentos primeros «que se fueron hace veinte años de La Legión y hoy están en la reserva, y los que están en activo no los ascienden».
Los legionarios consultados por este periódico culpan de ello a dos generales: el jefe de la Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo de Celis, que tiene la base en Sevilla, y al jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Fulgencio Coll, hombre de absoluta confianza del presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero le encomendó en el año 2006 la creación de la Unidad Militar de Emergencias y lo premió el año pasado con la máxima jefatura del Ejército de Tierra.
«El general Coll empezó hace dos años a desmantelar La Legión al llevarse a los mejores conductores a la nueva unidad, pagándoles mucho más de lo que ganaban aquí», señaló un jefe que, por razones obvias, quiere permanecer en el anonimato.
Un legionario malagueño destinado en el Tercio Gran Capitán I de La Legión dijo que sus compañeros estaban indignados con la decisión del Ministerio de Defensa de suprimir el desembarco y recortar el número de efectivos que se desplazan a Málaga. «Para una vez que nos corresponde desfilar en Málaga...», se lamentaba este profesional, que se mostraba ilusionado con acompañar el Jueves Santo al Cristo de la Buena Muerte por las calles de su tierra natal.
ANTONIO ROCHE
MÁLAGA
«Sabía que se liaría cuando trascendiera a la opinión pública», dice un jefe militar
En La Legión no ha sentado nada bien la decisión del alto estamento militar de recortar la presencia de legionarios en la Semana Santa malagueña y suprimir el tradicional desembarco en el puerto de la ciudad. «La decisión no nos ha cogido de sorpresa. Los jefes ya conocíamos la intención que había, y sabíamos que se iba liar cuando trascendiera a la opinión pública», dijo ayer a SUR un jefe de La Legión.
Un oficial, consultado por este periódico, indicó que esta decisión no «está tomada al azar», sino que forma parte de una estrategia para ir «cargándose La Legión poco a poco», y lo justificó en algunas decisiones internas que han sentado muy mal a los componentes de este cuerpo de élite del Ejército español. Una de ellas es la de ascender a tenientes a sargentos primeros «que se fueron hace veinte años de La Legión y hoy están en la reserva, y los que están en activo no los ascienden».
Los legionarios consultados por este periódico culpan de ello a dos generales: el jefe de la Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo de Celis, que tiene la base en Sevilla, y al jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Fulgencio Coll, hombre de absoluta confianza del presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero le encomendó en el año 2006 la creación de la Unidad Militar de Emergencias y lo premió el año pasado con la máxima jefatura del Ejército de Tierra.
«El general Coll empezó hace dos años a desmantelar La Legión al llevarse a los mejores conductores a la nueva unidad, pagándoles mucho más de lo que ganaban aquí», señaló un jefe que, por razones obvias, quiere permanecer en el anonimato.
Un legionario malagueño destinado en el Tercio Gran Capitán I de La Legión dijo que sus compañeros estaban indignados con la decisión del Ministerio de Defensa de suprimir el desembarco y recortar el número de efectivos que se desplazan a Málaga. «Para una vez que nos corresponde desfilar en Málaga...», se lamentaba este profesional, que se mostraba ilusionado con acompañar el Jueves Santo al Cristo de la Buena Muerte por las calles de su tierra natal.
Viene Melilla
Por turno rotatorio, cada año le corresponde venir a Málaga una compañía de uno de los cuatro tercios, además de escuadras de gastadores y banda de música de la Brigada Legionaria. Este año son los legionarios de Melilla los que tienen previstos desfilar, aunque mermados en efectivos. «Es una pena que nos hagan esto, porque hasta que no pasen cuatro años no tendremos oportunidad de ir de nuevo a Málaga», dijo este legionario malagueño.
El Cristo de la Buena Muerte es Patrono y Protector de La Legión y desde 1927 es acompañado por caballeros legionarios, al que le tienen una gran devoción. La presencia de estos militares el Jueves Santo en las calles de Málaga levanta pasiones. Todavía hay confianza en la Congregación de Mena de que la decisión se reconsidere y se mantenga el tradicional desembarco y el mismo número de efectivos.
Al mismo tiempo se están haciendo gestiones políticas por parte de los dos grandes partidos (PSOE y PP) para que la titular de Defensa, Carme Chacón, deje sin efecto la propuesta formulada por la alta cúpula militar, y que tan fuerte polémica ha provocado en Málaga. Colectivos profesionales han elevado también sus quejas por el recorte de fuerzas legionarias.
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