Hermanos congregantes, mujeres vestidas de mantilla y una amplia representación de la Marina acuden un año más al acto litúrgico
SUR
El Obispo de Málaga, Antonio Dorado, ha presidido hoy el acto litúrgico que recuerda el hecho considerado "milagroso" de la fragata de la Armada española que se salvó de naufragar a la entrada del Puerto de Málaga en 1756 y por el que la Marina obtuvo el privilegio de celebrar misa cada Sábado Santo.
El comandante del Grupo de Unidades de Proyección de la Flota de la Armada, almirante Santiago Bolívar, ha sido la máxima autoridad de la Marina presente en esta celebración, en la que el Cuerpo hace una ofrenda a la Virgen Nuestra Señora de la Soledad de la Congregación de Mena en el acto conocido como "La Soledad de María".
Según han explicado desde esta cofradía, se conmemora la renovación del Privilegio pontificio otorgado por el Papa Benedicto XIV hace 252 años a esta Congregación, a petición de la Armada, para celebrar una misa de privilegio al mediodía de cada Sábado Santo, oficio que se mantuvo durante dos siglos, hasta el concilio Vaticano II, y que se transformó en un acto litúrgico.
La tripulación del referido buque, ante el peligro de perecer por el fuerte temporal que azotaba en marzo de aquel año la costa malagueña, se encomendó a la Virgen de la Soledad que había bajo la espadaña del convento de Santo Domingo de Málaga, cuyo torreón divisaban y donde se venera esa advocación mariana, una de las de más antigüedad y arraigo en la ciudad.
El temporal amainó y la fragata logró atracar a puerto el Sábado Santo, con toda la tripulación sana y salva, pero no pudieron celebrar la misa de acción de gracias que tenían prometida porque la tradición católica impide tal celebración en ese día y, a raíz, de aquello se les concedió el privilegio.
Hermanos congregantes, hermanas vestidas de mantilla y una amplia representación de la Marina han acudido a este acto, considerado el más importante de culto de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Animas y Nuestra Señora de la Soledad, conocida como Congregación de Mena, a la que también está vinculado estrechamente la Legión Española.
El comandante del Grupo de Unidades de Proyección de la Flota de la Armada, almirante Santiago Bolívar, ha sido la máxima autoridad de la Marina presente en esta celebración, en la que el Cuerpo hace una ofrenda a la Virgen Nuestra Señora de la Soledad de la Congregación de Mena en el acto conocido como "La Soledad de María".
Según han explicado desde esta cofradía, se conmemora la renovación del Privilegio pontificio otorgado por el Papa Benedicto XIV hace 252 años a esta Congregación, a petición de la Armada, para celebrar una misa de privilegio al mediodía de cada Sábado Santo, oficio que se mantuvo durante dos siglos, hasta el concilio Vaticano II, y que se transformó en un acto litúrgico.
La tripulación del referido buque, ante el peligro de perecer por el fuerte temporal que azotaba en marzo de aquel año la costa malagueña, se encomendó a la Virgen de la Soledad que había bajo la espadaña del convento de Santo Domingo de Málaga, cuyo torreón divisaban y donde se venera esa advocación mariana, una de las de más antigüedad y arraigo en la ciudad.
El temporal amainó y la fragata logró atracar a puerto el Sábado Santo, con toda la tripulación sana y salva, pero no pudieron celebrar la misa de acción de gracias que tenían prometida porque la tradición católica impide tal celebración en ese día y, a raíz, de aquello se les concedió el privilegio.
Hermanos congregantes, hermanas vestidas de mantilla y una amplia representación de la Marina han acudido a este acto, considerado el más importante de culto de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Animas y Nuestra Señora de la Soledad, conocida como Congregación de Mena, a la que también está vinculado estrechamente la Legión Española.
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