Mena y Misericordia salieron en procesión, pero se volvieron antes de llegar al recorrido oficial por la amenaza de lluvias, mientras Zamarrilla y Esperanza no salieron
M. FERRARY / J. A. SAU.
La Opinión
Para ser hermano mayor se necesitan nervios de acero, una junta de gobierno que mantenga la sangre fría y un buen contacto en la Agencia Estatal de Meteorología. Las cofradías del Jueves Santo vivieron un día que puso a prueba los nervios de todos. Al final cada hermandad tomó decisiones dispares tras mucho esperar y debatir.
Mena. La lluvia también deslució el Jueves Santo de la Congregación Mena. Los caballeros legionarios del IV Tercio de la Legión ´Alejandro Farnesio´, con sede en Ronda, desembarcaron por la mañana en el muelle 3 del Puerto del barco ´Contramaestre Casado´, y no hicieron su desfile. Fueron directos en autobuses hasta la explanada de Santo Domingo. Allí, miembros de la escuadra de gastadores transportaron al Cristo de la Buena Muerte en hombros hasta el trono de procesión y se entronizó al crucificado en un acto de apenas 10 minutos
Ya por la tarde, la junta de gobierno de la Congregación se reunió para decidir salir 45 minutos más tarde de lo previsto. El Cristo de la Buena Muerte volvió a lucir imponente sobre un monte de buganvillas moradas y un centro de alhelíes y gerberas y se hizo presente en la plaza de fray Alonso de Santo Tomás. Seguidamente, los legionarios interpretaron ´El Novio de la Muerte´ en un abarrotadísima plaza, aunque antes el cantaor Pepe Campillos interpretó una saeta a los pies del Cristo.
Detrás, la Virgen de la Soledad, acompañada por la Banda Tercio Sur de la Armada salió con una nueva saeta del cantaor Pepe Campillos. El público prorrumpió en aplausos, mientras el mayordomo gobernaba el trono al toque suave de campana. Los hombres de trono mecieron a su Dolorosa, mientras los soldados de la Armada se incorporan detrás de su titular y entonaron la ´Salve Marinera´. De no haber salido ayer, la cofradía había previsto en un principio procesionar en la mañana del hoy y ya se había puesto en contacto con la banda Sinfónica de la Trinidad.
Pero no hubo un final feliz. Cuando la cabeza de procesión se encontraba en la rotonda del Marqués de Larios y la Virgen acababa de salir de su casa hermandad, sobre las 22.00 horas, la lluvia comenzó a aparecer en Málaga y el cortejo se dio la vuelta para buscar el cobijo de su sede.
Las mayordomos y capataces tuvieron que dar muchas indicaciones para que todo se hiciera con orden.El cortejo dio la vuelta por el lateral de la Alameda y Puerta del Mar, después de que los acomodadores y la Policía Local quitaran las pasarelas de paso de la zona.
Zamarrilla. Algo no funciona en la cofradía y con esto no se descubre un secreto. La decisión de no salir tomada por la rectora fue el detonante de mucho malestar acumulado. Más de mil personas esperaron, sin noticias, durante dos horas en el interior de la casa hermandad. La radio era la única vía para conocer qué pasaba para nazarenos y portadores. Así se enteraron de que la salida se retrasaba una hora. Así se enteraron luego de la crítica decisión de que no salían.
El presidente de la rectora, Juan García Alarcón, lo comunicó a una emisora y la noticia fue demoledora cuando se empezó a conocer. La reacción fueron gritos de "fuera" e improperios varios a los miembros de la junta de gobierno.
Muchos nervios y poca información causaron el intenso revuelo. La tensión fue máxima, con insultos y gritos. De hecho, García Alarcón ya no pudo dirigirse a los hermanos de su cofradía que llevaban dos horas esperando.Además, la mayoría de los hermanos no entendieron que no se abriesen las puertas de la casa hermandad hasta las 21.30 horas, cuando tradicionalmente se dejan abiertas antes de la salida.A partir de aquí debe quedar abierto un proceso para pensar en lo que ocurre en Zamarrilla y por qué ha pasado esto.Ancha del Carmen.
A las siete de la tarde no había nada claro en la casa hermandad de la Misericordia. Su hermano mayor, Rafael Terol, estaba sumido en una gran incertidumbre. Tenía claro que iban a retrasar la hora de una hipotética salida, pero no qué se haría cuando llegase el momento. Esas dudas se disiparon como las nubes lo fueron haciendo. Tanto, que media hora antes del límite, a las ocho y media, aparecieron los primeros nazarenos negros y burdeos en la calle Ancha del Carmen. Alivio entre los percheleros que esperaban en la calle y entre los portadores y nazarenos. El Señor de la Misericordia, el ´Chiquito´ llegó a la calle con el sonido de una saeta con megafonía, lo que hacía perder la naturalidad. Con el cortejo avanzado y la Virgen del Gran Poder sobre los hombros de los portadores empezó a llover. Llegaban noticias de que llovía en El Palo y en Carlos Haya. Con el corazón en un puño, llegó la orden del hermano mayor. "Nos volvemos". La importancia del patrimonio, los posibles daños y la cercanía de la casa hermandad recomendaron la decisión.
Los portadores se dieron la vuelta y los tronos buscaron refugio. Las saetas seguían sonando en el aire, como un lamento por el regreso.Al menos le quedó al Chiquito la oportunidad de volver a su casa hermandad por la calle Cuarteles, haciendo un recorrido por el barrio y acercarse a sus vecinos. La Virgen del Gran Poder no pudo ni salir.
Esperanza. A las diez de la noche se reunió por última vez la junta de gobierno de la archicofradía de la Esperanza para tomar la decisión definitiva. Hubo otras reuniones, pero la incertidumbre era máxima y los hermanos quisieron apurar el margen que tenían hasta el final. Era la última reunión posible, ya que por estatutos la archicofradía perchelera indican que la cruz guía debe estar en la calle en Jueves Santo. Por lo tanto, antes de las doce de la noche.
Con muchos nervios en la casa hermandad, los hermanos esperaban inquietos la decisión. Existía cierta sensación de que no iban a salir, conforme se conocieron las noticias de que otras cofradías estaban volviendo. Los miedos se concretaron, sobre las once de la noche, el hermano mayor, Manuel Harras, lo anunció: no salían.
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