Orgullo civil ante la bandera española
Unas 300 personas renovaron o estrenaron su juramento ante la enseña nacional en el muelle comercial de Cádiz
J.M. SÁNCHEZ REYES / CÁDIZ | ACTUALIZADO 04.06.2012 - 07:40
"¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?". Unos 300 civiles alineados ante el Buque de Proyección Estratégica 'Juan Carlos I', atracado en el muelle comercial de Cádiz, contestaron al unísono "¡Sí lo hacemos!" a la pregunta formulada por el capitán de navío y comandante del citado buque, Cristóbal González-Aller Lacalle. Fue una mañana muy especial, con cierto ardor patriótico, para aquellos ciudadanos -muchos de ellos venidos de distintos puntos de Andalucía- que, o bien volvieron a besar la bandera roja y gualda o lo hicieron por primera vez. España celebraba el Día de las Fuerzas Armadas y la enseña nacional fue la protagonista en el puerto gaditano.
"Es la segunda vez que juro bandera. Lo hice en mis tiempos, sirviendo en Marruecos. Tenía mucha ilusión por recordar y evocar aquellos momentos. Llevaba un tiempo detrás de hacer esto", comentaba al terminar el acto Gonzalo Casas, cordobés de Cabra y miembro de la asociación cultural Dionisio Alcalá Galiano, invitada por la Armada al juramento. Su compañero Isidoro Lama afirmaba que había sido "casi como el día de mi jura como soldado. Serví en la base aérea de La Parra en Jerez".
Una nutrida representación de la cofradía de la Buena Muerte de Málaga, conocida como la del Cristo de Mena, se dio cita ante el 'Juan Carlos I'. Si a la imagen cristífera la honran cada año los legionarios, la Virgen, Nuestra de la Soledad, está vinculada a la Armada, de ahí la presencia en Cádiz de los cofrades malagueños. Uno de ellos, Antonio González, ya había jurado bandera en Ronda, en la legión. "He sentido lo máximo que puede sentir un español: un gran orgullo", dijo. Marian Carrascal, de la misma hermandad, fue rotunda al afirmar que la bandera española "es de todos, independientemente de que cada región tenga la suya, pero la universal es la española y merece la pena honrarla y sentirse orgulloso de tenerla. Y de que España sea una y podamos demostrarlo". Estimó que "todo el mundo debería demostrar que tenemos una bandera común. Parece que se la desprecia y eso no se puede permitir. Habrá cuatro personas que la desprecien y los demás quedamos ahí sumisos, callados, por miedo a... me parece una vergüenza".
Ayer juraron la bandera por primera vez los gaditanos Ramón Álvarez y Alejandro Martínez. Cuestiones físicas les impidieron hacer la mili y ayer se quitaron la espina de no haber besado la bandera. "Me hacía mucha ilusión porque en su día no pude hacerlo. Estoy muy emocionado", señaló el primero. El segundo apuntó que "no por besarla se siente más la bandera. El sentimiento se tiene o no. Y yo lo tengo. Ha sido bonito". Otro gaditano como Orensio Machado, que cumplió el servicio militar en el 77, mostraba su satisfacción por repetir el gesto ante la bandera.
El acto comenzó con un homenaje a los caídos por España "de todos los tiempos que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor", con especial recuerdo a los soldados fallecidos en misiones de paz los últimos años. El almirante de la Flota, Santiago Bolívar, y la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que también besó la roja y gualda, depositaron una corona de laurel ante la bandera de España.
Santiago Bolívar hizo referencia en su alocución a la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz, como protectora de la Armada, y agradeció a la capital gaditana las muestras de afecto recibidas estos días con motivo del atraque en el muelle del 'Juan Carlos I'. Se dirigió a los civiles para recordarles que entre los pliegues de la bandera de España "están muchas cosas: la historia, el pasado, el presente y el futuro". Leyó un patriótico poema obra de Federico Grases que comienza así: "España somos tú y yo y el hogar que nos ampara, la tumba de nuestros padres y el jardín de nuestra casa". Y finaliza de esta manera: "...y cuando todos te falten, estará contigo España". Dio la enhorabuena a los que juraron la bandera "porque tiene más valor si se hace voluntariamente y a España se le defiende de muchas maneras, no sólo con las armas". Con los tradicionales vivas al Rey y a España, la retirada de banderas y el himno de la Armada finalizó el acto. Los protagonistas de la jornada visitaron entonces el portentoso buque 'Juan Carlos I', que contó durante toda la jornada con incensantes visitas de los gaditanos en una cola que comenzaba en el muelle y se extendía, junto a la reja, hasta casi la plaza de España.
"Es la segunda vez que juro bandera. Lo hice en mis tiempos, sirviendo en Marruecos. Tenía mucha ilusión por recordar y evocar aquellos momentos. Llevaba un tiempo detrás de hacer esto", comentaba al terminar el acto Gonzalo Casas, cordobés de Cabra y miembro de la asociación cultural Dionisio Alcalá Galiano, invitada por la Armada al juramento. Su compañero Isidoro Lama afirmaba que había sido "casi como el día de mi jura como soldado. Serví en la base aérea de La Parra en Jerez".
Una nutrida representación de la cofradía de la Buena Muerte de Málaga, conocida como la del Cristo de Mena, se dio cita ante el 'Juan Carlos I'. Si a la imagen cristífera la honran cada año los legionarios, la Virgen, Nuestra de la Soledad, está vinculada a la Armada, de ahí la presencia en Cádiz de los cofrades malagueños. Uno de ellos, Antonio González, ya había jurado bandera en Ronda, en la legión. "He sentido lo máximo que puede sentir un español: un gran orgullo", dijo. Marian Carrascal, de la misma hermandad, fue rotunda al afirmar que la bandera española "es de todos, independientemente de que cada región tenga la suya, pero la universal es la española y merece la pena honrarla y sentirse orgulloso de tenerla. Y de que España sea una y podamos demostrarlo". Estimó que "todo el mundo debería demostrar que tenemos una bandera común. Parece que se la desprecia y eso no se puede permitir. Habrá cuatro personas que la desprecien y los demás quedamos ahí sumisos, callados, por miedo a... me parece una vergüenza".
Ayer juraron la bandera por primera vez los gaditanos Ramón Álvarez y Alejandro Martínez. Cuestiones físicas les impidieron hacer la mili y ayer se quitaron la espina de no haber besado la bandera. "Me hacía mucha ilusión porque en su día no pude hacerlo. Estoy muy emocionado", señaló el primero. El segundo apuntó que "no por besarla se siente más la bandera. El sentimiento se tiene o no. Y yo lo tengo. Ha sido bonito". Otro gaditano como Orensio Machado, que cumplió el servicio militar en el 77, mostraba su satisfacción por repetir el gesto ante la bandera.
El acto comenzó con un homenaje a los caídos por España "de todos los tiempos que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor", con especial recuerdo a los soldados fallecidos en misiones de paz los últimos años. El almirante de la Flota, Santiago Bolívar, y la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que también besó la roja y gualda, depositaron una corona de laurel ante la bandera de España.
Santiago Bolívar hizo referencia en su alocución a la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz, como protectora de la Armada, y agradeció a la capital gaditana las muestras de afecto recibidas estos días con motivo del atraque en el muelle del 'Juan Carlos I'. Se dirigió a los civiles para recordarles que entre los pliegues de la bandera de España "están muchas cosas: la historia, el pasado, el presente y el futuro". Leyó un patriótico poema obra de Federico Grases que comienza así: "España somos tú y yo y el hogar que nos ampara, la tumba de nuestros padres y el jardín de nuestra casa". Y finaliza de esta manera: "...y cuando todos te falten, estará contigo España". Dio la enhorabuena a los que juraron la bandera "porque tiene más valor si se hace voluntariamente y a España se le defiende de muchas maneras, no sólo con las armas". Con los tradicionales vivas al Rey y a España, la retirada de banderas y el himno de la Armada finalizó el acto. Los protagonistas de la jornada visitaron entonces el portentoso buque 'Juan Carlos I', que contó durante toda la jornada con incensantes visitas de los gaditanos en una cola que comenzaba en el muelle y se extendía, junto a la reja, hasta casi la plaza de España.
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