SUR
Será o no coincidencia, pero ayer no funcionaban los enlaces en la web de la Obra Social de Unicaja que debían desembocar en la página de la Sala Italcable. Es más, el recinto ni siquiera aparecía en la relación de espacios culturales vinculados a la entidad malagueña. Una ausencia que se correspondía a pie de calle con los trabajos de los operarios que desalojaban el inmueble en el que Unicaja ha desplegado buena parte de su oferta expositiva de la capital durante los últimos doce años.
Desde la propia entidad financiera confirmaban ayer a SUR la decisión de echar el cierre a la Sala Italcable y anunciaban que el dinero consignado al alquiler del inmueble lo destinarán a fines sociales.
MÁLAGA.
ajlopez@diariosur.es
Propiedad. La Congregación de Mena lo mantenía alquilado a Unicaja.
Sala expositiva. Inaugurada en febrero del año 2000. En este tiempo ha ofrecido exposiciones de Miguel Berrocal, Fernand Léger, Robert Harvey, Perry Oliver o Eugenio Chicano, entre otros.
Planta baja. Se mantiene la sede de la escuela de negocios Esesa. Pese a esto, los representantes de Unicaja adelantaron que, al menos de momento, la Escuela de Negocios Esesa –participada al 50% por la entidad financiera y el Ayuntamiento de Málaga– se mantendrá en la planta baja del inmueble, propiedad de la Congregación de Mena.
Asimismo, los portavoces de Unicaja acotaron que la actividad expositiva de la institución en la capital malagueña se mantendrá en la Sala Siglo –espacio en la plaza del Carbón que mantiene en propiedad– y a través de los acuerdos puntuales que alcance con otras instituciones.
En cuanto a la entrega del inmueble a la Congregación de Mena, distintas fuentes consultadas por este periódico anunciaron que el traspaso puede producirse en la próxima semana, toda vez que el alquiler del espacio vence hoy, último día de junio, según las explicaciones de la entidad financiera.
Con el cierre de la Sala Italcable se despide un espacio de relevancia en el circuito expositivo de la capital malagueña. Un proyecto cultural desplegado en una sala que superaba los 360 metros cuadrados y que estaba diseñada para albergar exposiciones de gran formato. No en vano, la Sala Italcable se presentó en sociedad el 21 de febrero del año 2000 con la obra del malagueño Miguel Ortiz Berrocal.
A Berrocal siguieron artistas de sensibilidades tan dispares como Paco Hernández, Dis Berlín, Robert Harvey, Eugenio Chicano, Perry Oliver o Fernand Léger, por citar algunos de los ejemplos más notorios; sin olvidar la recordada exposición promovida en colaboración con el Museo de Bellas Artes de La Habana. Además, la Sala Italcable
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