lunes, 10 de octubre de 2011

OFRENDA DE LA DOTACION DEL BUQUE HIDROGRAFICO DE LA ARMADA ESPAÑOLA A

MARTES 11 DE OCTUBRE DE 2011

A LAS 20,30 HORAS (despues de la Misa diaria Parroquial)

El buque científico de la Armada Española Rigel A-24 completa una primera fase de trabajos hidrográficos destinados a mejorar las cartas náuticas del litoral malagueño.

Las labores de hidrografía, tal vez sean unas de las tareas más desconocidas de las muchas que realiza la Armada Española. De una importancia vital para la navegación, las cartas náuticas (los planos de la mar), deben ser actualizadas de forma permanente; una misión que corre a cargo de los diversos buques hidrográficos que realizan los trabajos campo que, posteriormente, quedarán reflejados en las cartas que usan desde los mercantes hasta las embarcaciones deportivas.

Por este motivo, y al ser necesaria una actualización de los fondos de la costa malagueña, el 26 de abril, llegaba al puerto de Málaga el buque científico de la Armada Rigel A-24; un barco que durante algo más de tres semanas, ha estado realizando unos trabajos hidrográficos que se iniciaban en La Caleta de Vélez.

RIGEL A-24 atracado en el muelle número 2 del puerto de Málaga.

Y aunque los medios técnicos han cambiado mucho, la metodología con la que se ejecutan estos trabajos de mar, sigue siendo la misma que se usaba en la elaboración de las cartas náuticas varios siglos atrás.

Tras ser seleccionada un área a estudiar (existen diferentes criterios a la hora de elegir las zonas susceptibles de ser actualizadas), sobre una carta en blanco donde sólo aparece el contorno de la costa, los hidrógrafos diseñan un proyecto de líneas; un conjunto de trazos paralelos, dibujados perpendiculares a la costa, que servirán de guía para recoger toda la información de los fondos marinos. Con una separación de líneas que dependerá de la superficie que se vaya a investigar (normalmente esta separación no suele superar los 250 metros), y reduciendo a la mitad la distancia entre líneas a 20 metros de la costa, el proyecto de trabajo, una vez dibujado, está listo para comenzar a ejecutarse.

Ya en la mar, situado sobre una línea que se mantiene siguiendo un posicionamiento GPS diferencial, el barco comienza a navegar sobre esta, y empieza a emitir, desde uno de los transductores que lleva situado en su quilla, una serie de continuas pulsaciones sonoras que, efectuadas segundo a segundo, le permiten ir reconociendo y registrando la topografía del lecho marino.

Realizados estos trabajos desde el barco, o desde dos botes auxiliares (para las zonas de muy poca profundidad) en los que se embarcan una serie de equipos portátiles, similares a los que lleva el buque, el registro de los fondos se va realizando poco a poco. Tras completarse una jornada de trabajo (si las condiciones de la mar lo permiten, se trabaja de sol a sol), toda la información recabada se vuelca en un ordenador; el cual, con un software especial, procesa todas las mediciones que se han ido realizando. A medida que se van desarrollando los trabajos, los datos obtenidos, se van plasmando en lo que los hidrógrafos llaman Parcelario; un documento en el cual, la líneas de trabajo trazadas originalmente sobre el área a estudiar, son sustituidas por una sucesión de cifras que se corresponden a las cotas de profundidad obtenidas con ultrasonidos.

Una vez finalizado el trabajo de mar, y después de realizar unas últimas mediciones de control que verifican las cifras obtenidas, el conjunto de datos recopilados se remite al Instituto Hidrográfico de la Marina, el cual, tras procesar toda la información, actualizará total o parcialmente la carta náutica en función de su antigüedad o de las necesidades de la navegación.

Carta náutica de Málaga.

De esta manera, el levantamiento hidrográfico realizado en las aguas malagueñas por el Rigel; un trabajo elaborado fundamentalmente por sus dos botes auxiliares al tratarse de un estudio muy cercano a la costa, en breve se verá reflejado en las cartas náuticas de nuestro litoral. Un muy desconocido trabajo realizado por la Armada Española que constituye una contribución fundamental para la navegación.

Tras salir el pasado viernes con destino al puerto de Cádiz, el Rigel, si no hay cambios de última hora, volverá a las aguas malagueñas a principios de otoño; momento en el cual, seguirá dibujando la mar.


Buque científico RIGEL A-24


Construcción: Empresa Nacional Bazán, San Fernando (Cádiz), 1972-1973.

Entregado a la Armada Española en Diciembre de 1974.

Desplazamiento: 363 Tm.

Eslora: 38,36 m.

Manga: 7,60 m.

Calado: 3,41 m.

Dotación: 33.

Puerto base: Estación Naval de Puntales (Cádiz).

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