SUR
«Si la iniciativa funciona, inundaremos las calles de todo el país con crucifijos», comentaba ayer medio en broma Manuel Ángel Santiago, párroco del Rosario en Fuengirola. Y es que desde este municipio ha partido la idea de repartir en las calles pins con el emblema de Jesucristo clavado en la cruz como una forma pacífica de rebatir las pautas que el Gobierno quiere instaurar con el anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa. El documento persigue, entre otros, eliminar dicho icono de los edificios públicos españoles, algo que los religiosos no conciben, ya que alegan que el elemento «no es objeto de discriminación a nadie, sino que dignifica el pasado de las sociedades cristianas».
La simbología de las tablas con la imagen del profeta cristiano en su lecho de muerte depende, como todo, del cristal con que se mire, aunque también del lugar en el que se encuentre. Mientras para unos supone los resquicios de un régimen político autoritario, si está junto a la pizarra de un centro escolar, para otros puede llegar a ser un atractivo turístico más, como la escultura que evoca este momento evangélico a las puertas de la Sagrada Familia. En el caso de Fuengirola, los miembros de los colectivos religiosos lo consideran «un símbolo de solidaridad, ya que Jesús murió crucificado para salvarnos».
Por ello, y bajo el lema 'Dí sí a la cruz', parroquias de Fuengirola, Mijas, Benalmádena y Torremolinos inundarán las calles de símbolos religiosos el próximo miércoles de ceniza, día 17 de febrero. «Una fecha que simboliza el comienzo de la Cuaresma y que debe servir para recordar que Cristo representa los valores de respeto y tolerancia que sientan las bases de la sociedad moderna», asegura Santiago. Convencidos de que retirar la imagen del crucifijo es «una decisión inoportuna e inaceptable», la comunidad religiosa de Fuengirola invita «a todos los ciudadanos de buena voluntad a lucir esta imagen junto a su corazón».
Esperan que la iniciativa tenga éxito, porque reconocen que muchos ya llevan a Cristo junto a su corazón y por ello han encargado hasta 8.000 insignias y han pedido la colaboración de todos los feligreses para el reparto, que se hará en horario de mañana y tarde.
La simbología de las tablas con la imagen del profeta cristiano en su lecho de muerte depende, como todo, del cristal con que se mire, aunque también del lugar en el que se encuentre. Mientras para unos supone los resquicios de un régimen político autoritario, si está junto a la pizarra de un centro escolar, para otros puede llegar a ser un atractivo turístico más, como la escultura que evoca este momento evangélico a las puertas de la Sagrada Familia. En el caso de Fuengirola, los miembros de los colectivos religiosos lo consideran «un símbolo de solidaridad, ya que Jesús murió crucificado para salvarnos».
Por ello, y bajo el lema 'Dí sí a la cruz', parroquias de Fuengirola, Mijas, Benalmádena y Torremolinos inundarán las calles de símbolos religiosos el próximo miércoles de ceniza, día 17 de febrero. «Una fecha que simboliza el comienzo de la Cuaresma y que debe servir para recordar que Cristo representa los valores de respeto y tolerancia que sientan las bases de la sociedad moderna», asegura Santiago. Convencidos de que retirar la imagen del crucifijo es «una decisión inoportuna e inaceptable», la comunidad religiosa de Fuengirola invita «a todos los ciudadanos de buena voluntad a lucir esta imagen junto a su corazón».
Esperan que la iniciativa tenga éxito, porque reconocen que muchos ya llevan a Cristo junto a su corazón y por ello han encargado hasta 8.000 insignias y han pedido la colaboración de todos los feligreses para el reparto, que se hará en horario de mañana y tarde.
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