Hacía años que no se recordaba una festividad con mal tiempo. Menos espectadores en el recorrido. Cuando la custodia llegaba a la plaza del Obispo cayeron unos goterones
SI hace buen tiempo, se atribuye la escasa presencia de personas en las aceras a que huyen hacia las playas. Si hace mal tiempo, como ayer, a que la gente le cuesta trabajo salir de casa. Lo cierto es que la festividad del Corpus Christi parece tener menos interés que antaño, si bien cientos y cientos de personas -quizás miles- participan en la tradicional procesión.
Previamente, en la Santa Iglesia Catedral, se celebró la misa pontifical, presidida por el obispo de la diócesis, Antonio Dorado Soto. En la homilía defendió a las mujeres maltratadas «y la dignidad del ama de casa». También afirmó que la caridad cristiana «se entiende desde la estrecha vinculación con la eucaristía».
Sobre las once de la mañana se puso la larga comitiva en marcha. Una cruz parroquial abrió el cortejo junto a la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos. Detrás, el movimiento cristiano de Málaga, verdadero sustento de la procesión del Corpus Christi: grupos de la Adoración Nocturna, hermandades de gloria, cofradías de pasión -se notó la ausencia de la Hermandad de las Penas de San Julián-, niños y niñas vestidos de primera comunión, la banda municipal de música...
Hay que agradecer que los seminaristas, que otras veces salían vestidos de paisano cada uno a su albedrío, vistieran el alba. Una imagen uniformada más en consonancia con el acto. Detrás, dos largas filas de sacerdotes, y los canónigos de la Catedral, que precedieron al prelado. Junto a la carroza del Santísimo iba el deán de la Catedral. Como siempre, el cofrade Jesús Castellanos, fue dando las instrucciones a los hombres que empujan la carroza desde el interior. A Castellanos se le debía en años anteriores el montaje del altar que instala la Agrupación de Cofradías en la plaza de la Constitución, pero en esta ocasión lo han hecho los componentes de la comisión de culto del ente agrupacional. Representaba el pasaje de la samaritana.
El otro gran altar, el que monta la Adoración Nocturna en las escalinatas de la Catedral, en la plaza del Obispo, es realizado por Miguel Ángel Blanco y este año ha estado presidido por el Señor de la Cena. Para los cofrades malagueños fue un momento histórico la entrada por primera vez de esta imagen en la Catedral.
También hay que destacar los numerosos altares que se montaron en el itinerario de la procesión, la mayoría instalados por asociaciones religiosas o modestas hermandades que contribuyen a la mayor brillantez de la festividad del Corpus Christi en Málaga. Entre los promotores de estos altares se encuentra Juan Manuel Sánchez Quiñones.
SI hace buen tiempo, se atribuye la escasa presencia de personas en las aceras a que huyen hacia las playas. Si hace mal tiempo, como ayer, a que la gente le cuesta trabajo salir de casa. Lo cierto es que la festividad del Corpus Christi parece tener menos interés que antaño, si bien cientos y cientos de personas -quizás miles- participan en la tradicional procesión.
Previamente, en la Santa Iglesia Catedral, se celebró la misa pontifical, presidida por el obispo de la diócesis, Antonio Dorado Soto. En la homilía defendió a las mujeres maltratadas «y la dignidad del ama de casa». También afirmó que la caridad cristiana «se entiende desde la estrecha vinculación con la eucaristía».
Sobre las once de la mañana se puso la larga comitiva en marcha. Una cruz parroquial abrió el cortejo junto a la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos. Detrás, el movimiento cristiano de Málaga, verdadero sustento de la procesión del Corpus Christi: grupos de la Adoración Nocturna, hermandades de gloria, cofradías de pasión -se notó la ausencia de la Hermandad de las Penas de San Julián-, niños y niñas vestidos de primera comunión, la banda municipal de música...
Hay que agradecer que los seminaristas, que otras veces salían vestidos de paisano cada uno a su albedrío, vistieran el alba. Una imagen uniformada más en consonancia con el acto. Detrás, dos largas filas de sacerdotes, y los canónigos de la Catedral, que precedieron al prelado. Junto a la carroza del Santísimo iba el deán de la Catedral. Como siempre, el cofrade Jesús Castellanos, fue dando las instrucciones a los hombres que empujan la carroza desde el interior. A Castellanos se le debía en años anteriores el montaje del altar que instala la Agrupación de Cofradías en la plaza de la Constitución, pero en esta ocasión lo han hecho los componentes de la comisión de culto del ente agrupacional. Representaba el pasaje de la samaritana.
El otro gran altar, el que monta la Adoración Nocturna en las escalinatas de la Catedral, en la plaza del Obispo, es realizado por Miguel Ángel Blanco y este año ha estado presidido por el Señor de la Cena. Para los cofrades malagueños fue un momento histórico la entrada por primera vez de esta imagen en la Catedral.
También hay que destacar los numerosos altares que se montaron en el itinerario de la procesión, la mayoría instalados por asociaciones religiosas o modestas hermandades que contribuyen a la mayor brillantez de la festividad del Corpus Christi en Málaga. Entre los promotores de estos altares se encuentra Juan Manuel Sánchez Quiñones.
Hubo un corte importante en la calle Sancha de Lara. Cuando la custodia llegó a la plaza del Obispo, seguida por cientos de personas, comenzaron a caer unas gotas que en pocos minutos se convirtieron en goterones. Hacía tiempo que no se veían paraguas en esta procesión. Todo concluyó cuando monseñor Dorado Soto impartió la bendición a los fieles.
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