«La Legión es la mejor embajada»; por Carlos Gabari Lebrón
«Agradezco a La Razón la petición que me hace de escribir un artículo por tener la oportunidad de expresar públicamente mis vivencias como militar, como miembro de las Fuerzas Armadas y por añadidura, de mis dos pasiones, La Legión y el Cristo de la Buena Muerte.
A lo largo de mi vida militar, tengo dos destinos de los que guardo un gran recuerdo, el de director de la Academia General Básica de Suboficiales y el de jefe de la Brigada de La Legión; este colmó mis aspiraciones profesionales. Una circunstancia especial se añadía y era que fui su primer general. La BRILEG se formó en junio de 1995 y en un tiempo récord de seis meses, al año de su creación, la BRILEG constituyó la SPABRI Almería, la primera brigada que salía al exterior en cumplimiento de una misión.
Cuando la BRILEG llegó a Bosnia e instaló su cuartel general en Medjugorje, coloquialmente se dice Medugore, me sorprendió gratamente comprobar que lo primero que se colocó fue la imagen del Cristo de la Buena Muerte, como no podía ser menos, pues es nuestro protector. Esto no es casual, la vinculación de La Legión con su Cristo de la Buena Muerte va a cumplir 84 años, desde que fue nombrado protector.
El caballero legionario permanece fiel a dos cosas, con independencia de su entrega y amor a España, al credo legionario y al Cristo de la Buena Muerte. El credo Legionario, con sus doce espíritus, constituye la apoyatura moral, su mística y forma el alma, la esencia de La Legión, esto es lo permanente, el Credo es único y sin igual. Todos guardan su estampa, aunque los no creyentes dicen «yo soy … pero éste es mi Cristo»
Las unidades de La Legión han cumplido y cumplen su deber donde se les ordena y desde hace más de veinte años lo vienen haciendo en otros países, en misiones de paz, pero en escenarios de guerra y dan su vida sin pedir nada a cambio.
Estas unidades, junto con todas las que integran las Fuerzas Armadas, constituyen la mejor embajada de España en el exterior y no sólo lo hacen bien sino que lo hacen sin el menor borrón, dejando el pabellón español muy alto.
A lo largo de mi vida militar, tengo dos destinos de los que guardo un gran recuerdo, el de director de la Academia General Básica de Suboficiales y el de jefe de la Brigada de La Legión; este colmó mis aspiraciones profesionales. Una circunstancia especial se añadía y era que fui su primer general. La BRILEG se formó en junio de 1995 y en un tiempo récord de seis meses, al año de su creación, la BRILEG constituyó la SPABRI Almería, la primera brigada que salía al exterior en cumplimiento de una misión.
Cuando la BRILEG llegó a Bosnia e instaló su cuartel general en Medjugorje, coloquialmente se dice Medugore, me sorprendió gratamente comprobar que lo primero que se colocó fue la imagen del Cristo de la Buena Muerte, como no podía ser menos, pues es nuestro protector. Esto no es casual, la vinculación de La Legión con su Cristo de la Buena Muerte va a cumplir 84 años, desde que fue nombrado protector.
El caballero legionario permanece fiel a dos cosas, con independencia de su entrega y amor a España, al credo legionario y al Cristo de la Buena Muerte. El credo Legionario, con sus doce espíritus, constituye la apoyatura moral, su mística y forma el alma, la esencia de La Legión, esto es lo permanente, el Credo es único y sin igual. Todos guardan su estampa, aunque los no creyentes dicen «yo soy … pero éste es mi Cristo»
Las unidades de La Legión han cumplido y cumplen su deber donde se les ordena y desde hace más de veinte años lo vienen haciendo en otros países, en misiones de paz, pero en escenarios de guerra y dan su vida sin pedir nada a cambio.
Estas unidades, junto con todas las que integran las Fuerzas Armadas, constituyen la mejor embajada de España en el exterior y no sólo lo hacen bien sino que lo hacen sin el menor borrón, dejando el pabellón español muy alto.
Carlos Gabari Lebrón
General de división
General de división
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