jueves, 26 de agosto de 2010

Adiós al chapiri legionario


El gobierno ha decidido suprimir el chapiri legionario, es decir, el famoso gorro con borla que veis sobre estas líneas y que es toda una seña de identidad de la Legión. No es la primera medida dirigida a eliminar los elementos distintivos de la que sin duda es la mejor unidad de combate de nuestro Ejército de Tierra. El año pasado, se ordenó eliminar de la indumentaria legionaria tanto las barbas y las patillas como la camisa abierta. Además, en 2007 el gobierno ya desmanteló la 5ª Bandera (como se denominan los batallones legionarios) del Tercio “Duque de Alba”, con base en Ceuta, y en 2009 hizo lo mismo con la 2ª Bandera del Tercio “Gran Capitán”, con base en Melilla. Unas medidas que dejan nuestras ciudades africanas más desprotegidas que nunca ante cualquier posible amenaza procedente de Marruecos.

Por lo visto, el chapiri legionario será sustituido por una boina granate, un color sin relación alguna con la indumentaria y distintivos de la Legión, aunque bien pueden agradecer los soldados de esa unidad que a la señora ministra, doña Carme Chacón, no le haya dado por imponerles una boina de color fuxia. Desde luego, la boina es una prenda militar cada vez más usada, muy práctica y barata y que se adapta mejor a las necesidades operativas en el campo de batalla que el tradicional chapiri. El caso es que los legionarios para el campo de batalla ya disponen de unos chambergos -en el caso de la Legión, adornados con el emblema de esta unidad- y de cascos Marte 04-ST-98, cuando se requiere ese tipo de protección. En lo que a necesidades operativas respecta, lo de la boina granate está de más.

¿Tenemos una Ministra de Defensa o una esteticién?

Así pues, la supresión del chapiri sólo puede explicarse por la obsesión de este gobierno con los símbolos. Para los progres de pacotilla que nos gobiernan, el chapiri legionario será algo así como una prenda reaccionaria que debe ser borrada del mapa y, si nos descuidamos, incluso de los libros de historia y los museos militares. El caso es que el chapiri también se usó en el bando rojo en la Guerra Civil, y su vigencia se ha mantenido en la Legión tanto en el régimen monárquico de Alfonso XIII, como en la Segunda República, en el franquismo y en las más de tres décadas que llevamos del actual reinado de Juan Carlos I.

Teniendo en cuenta esto, el gobierno haría bien en dejar en paz las tradiciones militares españolas y centrar su tiempo y sus esfuerzos en dotar a nuestras Fuerzas Armadas de los medios necesarios para desempeñar sus misiones. Lo que necesita España son soldados bien preparados y equipados para hacer su trabajo, lleven o no barba y patillas, lleven más o menos botones abiertos en su camisa o lleven un chapiri en la cabeza. Da la sensación de que al frente de Defensa no está una Ministra, sino una esteticién, cuya principal preocupación es maquillar, peinar y vestir a nuestra tropa como si en vez de Fuerzas Armadas tuviese bajo su responsabilidad una casa de muñecas. A este paso, ¿prohibirá cantar “El novio de la muerte” por considerarla una canción sexista? ¿O tal vez cambiará el famoso lema de la Legión -”legionarios a luchar, legionarios a morir”- por algo más progre como “legionarios a dialogar, legionarios a huir”?

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