jueves, 30 de junio de 2016

viernes, 24 de junio de 2016

SANTOS PATRONOS 2016 Procesión

martes, 21 de junio de 2016

SOLEDAD CORONADA POR FELIX SAENZ

lunes, 20 de junio de 2016

ENCUENTRO DE SOLEDADES

domingo, 19 de junio de 2016

viernes, 17 de junio de 2016

miércoles, 15 de junio de 2016

lunes, 13 de junio de 2016

PROCESIÓN DE IDA SOLEDAD I PARTE

Curiosidades de la coronación canónica de la Virgen de la Soledad

Halo de coronación.
Halo de coronación. / Eduardo Nieto
  • Comenzará a las 11 de la mañana en la Catedral de Málaga

Málaga acompaña a la Soledad de Mena

fotogalería
Gran petalada a la Virgen en la calle Strachan. / Eduardo Nieto
  • Multitudinario regreso de la Virgen hasta Santo Domingo en una noche triunfal

  • La imagen recorre en su trono del Jueves Santo unas calles del Centro llenas de un público que no quiso faltar a una cita para la historia


Calor de emociones a flor de piel en una primavera que le está haciendo la competencia al inminente verano. La ebullición de los sentimientos por la alegría de los cofrades al ponerse en marcha el trono, desde la casa hermandad de la Cofradía del Sepulcro (a las 20.33 horas), sobre el que iba Nuestra Señora de la Soledad de Mena Coronada, se produjo en un marco singular de la Málaga de hoy, arropada por vestigios destacados de antaño, en una calle Alcazabilla que es crisol de culturas y alberga monumentos como la Alcazaba y el Teatro Romano, que son parte indisoluble de la ciudad, que ayer vivió el regreso triunfal de la Soledad de Mena, acompañada por miles de personas camino de la parroquia de Santo Domingo, en el barrio del Perchel.
El cortejo salió desde la iglesia de San Agustín a las 19.40 horas. Los guiones de las cofradías rindieron honores al pasar delante de la Virgen, excepto el de la Archicofradía de la Esperanza, que no lo hizo, tal vez al no darse cuenta de que debía hacerlo. Se lanzaron unas aleluyas desde los balcones del edificio cofrade. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y su mujer, Rosa Francia, vieron la salida desde la casa hermandad del Sepulcro.
Los primeros toques para sacar el trono los dio el hermano mayor de Mena, Antonio Jesús González. El primer teniente hermano mayor, Antonio de la Morena, profirió tres vivas a la Soledad Coronada, que fueron seguidos por los portadores. Desde la casa hermandad de Estudiantes, situada pared con pared con la del Sepulcro, el coro de la Paz y la banda de música de la Expiración interpretaron la ‘Salve’ y, seguidamente, el ‘Gaudeamus’, mientras tocaba la campana del trono el almirante jefe de la flota, Francisco Javier Franco. A continuación, tocó el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. En la calle Císter lo hizo el hermano mayor del Sepulcro, Emilio Betés, y cayó una petalada.
El 11 de junio de 2016 forma ya parte del libro de oro de la Congregación de Mena. La coronación de una de las Dolorosas más características del mundo cofrade malagueño supuso la recompensa al intenso y fructífero trabajo llevado a cabo en los años previos a tan magno acto.
El cortejo lo abrió la cruz guía, flanqueada por dos faroles. A continuación, fue la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Cautivo. Tras ella, las hermandades de gloria y de pasión, con sus respectivos guiones corporativos, así como las hermandades de gloria y de pasión coronadas, seguidas por un centenar de miembros de la Armada, entre oficiales, suboficiales, guardiamarinas y marineros de los buques ‘Patiño’ y ‘Cazadora’. En esa parte de la procesión fueron también el segundo comandante naval de la ciudad, Pedro Leiva, y 330 hermanos con velas y el estandarte de coronación, acompañado por cuatro bastones pontificios. El estandarte, donado por un congregante, es obra del bordador malagueño Joaquín Salcedo y el diseño lo efectuó Curro Claros. La imaginería corresponde a la escultora Encarnación Hurtado y la orfebrería salió del taller de Montenegro.
Agrupaciones cofrades
Una nutrida presidencia participó en el cortejo. Entre otros, formaron parte de ella el general de la brigada de La Legión, Juan Jesús Martín; cuatro coroneles en representación de los cuatro Tercios legionarios; los presidentes de las Agrupaciones de Cofradías de Málaga, Sevilla, Córdoba, Granada, Jerez y Huelva y el presidente de la Agrupación de Hermandades de Gloria de Málaga; el vicealmirante de Acción Naval, Manuel Garat; el vicealmirante de la jefatura del Arsenal de Cádiz, Santiago Ramón González, y el comandante naval de Málaga, Javier Pérez de Rubalcaba.
Seguidamente, fueron los citados Antonio Jesús González y Francisco Javier Franco; la representante de las Hermanas de la Cruz, María del Pilar Lanzac, y los ex hermanos mayores de Mena Álvaro Mendiola y Francisco Fernández Verni.
La presidencia religiosa la conformaron el vicario general de la diócesis de Málaga, José Ferrary; el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Antonio Coronado; el director espiritual de Mena, Juan Manuel Parra, y fray Ricardo de Córdoba, entre otros sacerdotes. Tras los religiosos, los acólitos y las dalmáticas precedieron al trono de la Soledad, que fue llevado 254 hombres en cada uno de los dos turnos que se fijaron. El cambio de portadores, que vistieron túnica negra y cíngulo blanco, se llevó a cabo en la calle Carretería, a la altura de la plaza de las Biedmas.
El trono fue adornado con calas y fresias blancas en las ánforas y en los frisos y rosas y lilas blancas. Cabe citar que se estrenó el sobrepalio, cuya pintura ornamental es una obra realizada por Pablo González. La Virgen fue muy bien llevada, a paso lento, recreándose en el andar, en ambos turnos. Los portadores se esmeraron.
Muchas de las calles por donde pasó el trono de la Soledad se adornaron para un acontecimiento tan especial. Hubo altares en honor de la imagen coronada, gallardetes, banderolas, reposteros y mantones engalanando edificios y balcones. Se cantaron saetas, se dijeron vivas, se aplaudió, se lanzaron diversas petaladas y se vivieron momentos irrepetibles para la Congregación de Mena. «Esto es algo único, sublime», afirmó Antonio Jesús González, que expresó con esas palabras los sentimientos y pensamientos de los congregantes en una jornada memorable.
Igual que se programaron dos turnos para los hombres de trono, también lo hubo para los mayordomos, a los que se les regaló un martillo con su nombre. En el primero el honor de tocar la campana recayó en Antonio de la Morena, Manuel García López, Pablo Krauel, Ramón Gómez Díaz y José Lorente Rueda. En el segundo, repitieron De la Morena y Lorente y se incorporaron Agustín Sibajas, Francisco Rivero y Ramón Gómez Ravassa. El acompañamiento musical de la Virgen de la Soledad correspondió a la banda de música de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras (Sevilla), que salió por primera vez detrás de la Dolorosa de Mena.
Momentos para recordar
La procesión fue una continua sucesión de momentos para conservar en la memoria. Detallarlos todos excede a las posibilidades de esta crónica, pero sí hay que mencionar que todos y cada uno engrandecieron aún más el retorno de la Soledad a su templo. Así, por ejemplo, desde el balcón del Palacio de los Gálvez, frente al Patio de los Naranjos, Rufino Rivas cantó una sentida una saeta, mientras que en la calle Strachan, en la puerta de Lo Güeno, la Cofradía del Rocío recibió a la Soledad, se cantó una saeta desde un balcón y se lanzó una petalada. Minutos antes, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, vio a la Virgen desde un balcón del Palacio Episcopal.
Las hermandades abandonaron el cortejo en la plaza de la Constitución. La emoción fue avanzando a medida que la noche se adueñaba de la ciudad. Distintas cofradías saludaron a la Virgen y engalanaron fachadas. Muy emotivo fue el paso del trono junto al altar montado por la Hermandad de Viñeros, en la calle Andrés Pérez, presidido por la Virgen del Traspaso y Soledad. Otro instante para el recuerdo fue ver a la titular de Mena junto al altar instalado por la Sagrada Cena, en su casa hermandad, en el que estaba la Soledad de Ávalos, que fue procesionada por la congregación en los años setenta del siglo XX.

La Soledad camina a la gloria

José Luis Pérez málaga | Actualizado 12.06.2016 - 01:00
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Los malagueños tenían pendiente una deuda con la Virgen de la Soledad y el día de ayer hizo historia y justicia. Málaga volvió a verse llena de cofrades que honraban a la imagen mariana con el reconocimiento devocional y el recuerdo de su coronación canónica, que forma ya parte de la memoria colectiva de la ciudad.

A las 11:00 daba inicio la Misa Estacional de coronación con la Virgen presidiendo el presbiterio de la Santa Iglesia Catedral. Con un elegante altar efímero constituido por arquitectura marmórea similar al tabernáculo, Mena supo imprimir su sello a una ceremonia caracterizada por la sobriedad y los elementos propios de la Congregación. El canto Salve Madre serviría de entrada al cuerpo sacerdotal. El obispo Jesús Catalá oficiaría la eucaristía.

Tras las pertinentes lecturas, el primado malagueño desglosó en su homilía la importancia de la Virgen María como Madre del Redentor y destacó el dolor contenido de la Soledad ante la muerte en cruz de su Hijo. Catalá resaltó que "la coronación es un motivo para venerarla y amarla más. La devoción de la Virgen debe tocar el corazón de la gente. Finalizada la disertación, el presidente de la comisión de los actos de la coronación, Antonio de la Morena, leyó el decreto de aprobación de la condecoración para proceder al momento central de la eucaristía. Los representantes de la Armada y las Hermanas de la Cruz, el hermano mayor de Mena, Antonio Jesús González, el cardenal Fernando Sebastián y el obispo subieron hasta el tabernáculo con el halo ya bendito. Los dos pastores fueron los responsables de coronar a la Virgen de la Soledad mientras la música y los aplausos resonaban en toda la Catedral. Antonio del Pino dirigió una misa con la base de elegancia que el maestro Iribarren crease siglos atrás.

La celebración se desarrolló con absoluta normalidad. Al término, e interrumpiendo los sones de la Salve Marinera de manera anecdótica, el jefe de la Flota de la Armada, Francisco Javier Franco, entregó el bastón de mando como ofrenda a la Virgen ya coronada.

Finalizada la eucaristía, la Catedral se desalojó de público para preparar el traslado hasta el punto de salida, de donde partiría la procesión triunfal. La Virgen procesionó a hombros de miembros de la Marina con el halo y un sencillo tocado de mantilla blanca. En la abadía del Císter mantuvieron un encuentro con la hermandad del Sepulcro, viéndose frente a frente por primera vez en su historia las dos tallas de la Soledad. La corporación del Viernes Santo ofreció su escudo de oro antes de dirigirse el cortejo hasta su casa hermandad de calle Alcazabilla.

Con la brisa marinera que desde el Paseo del Parque llegaba a la Alcazaba, todo se disponía para la salida triunfal desde el interior de la casa hermandad del Sepulcro. Los hermanos y devotos, con la túnica dominica ya puesta, esperaban el reencuentro con su Señora entre anécdotas compartidas. El cortejo se organizó en el interior de la iglesia de San Agustín para salir por calle Marquesa de Moya.

La banda de cornetas y tambores de la cofradía del Cautivo antecedía a un cortejo en el que participaron todas las hermandades de Pasión agrupadas, así como otras hermandades de Gloria, que saludaron preceptivamente a la Soledad Coronada. Junto a ellos una nutrida sección de hermanos con cirios perfectamente uniformados y con las medallas en las que la inconfundible silueta del Cristo de la Buena Muerte destacaba con el fulgor de la tarde.

Antes de la salida, los últimos puestos del cortejo lo ocuparon una representación de la Legión Española, los padrinos de coronación -la Armada y las Hermanas de la Cruz-, los presidentes de consejos y agrupaciones de toda Andalucía y una representación de la curia malagueña y el hermano mayor.

Antonio de la Morena daría los primeros vivas a la Virgen antes de los toques de campana que Antonio Jesús González daría para arrancar los aplausos del público allí congregado. Coronación de la Soledad, de José Antonio Molero, fue la marcha elegida para que la banda de música Oliva de Salteras iniciase el desfile procesional.

Ante los ojos emocionados de Francisco Fernández Verni, quien fuese hermano mayor de la Congregación de Mena y presidente de la Agrupación de Cofradías, salía la Virgen hacia la calle en un mar de aleluyas que caían desde la casa hermandad de Sepulcro.

En la puerta de la casa hermandad de Estudiantes sonaría la primera Salve Marinera ofrecida, junto al Gaudeamus Igitur, por la corporación del Lunes Santo y la archicofradía de Expiración.

Las lágrimas se intuían entre los congregantes por ver a su Virgen en la calle. Era el momento más esperado. Calle Císter volvía a convertirse en punto de referencia al recibir la primera gran petalada desde balcones de los dos edificios. Aquella Virgen sonaría más adelante en un ambiente que caracteriza al espíritu de la Hermandad. Ya lo diría Ramón Gómez Ravassa, Mena es Mena y su elegancia y sobriedad se demostró con su sello, que no desapareció. Mientras el cortejo abría hueco para que todo avanzase, desde el palacio de los condes de Zea-Salvatierra se cantó la primera saeta por parte de Rufino Rivas. La doble curva del hospital Gálvez se ejecutó con especial mimo.

Otro de los puntos más esperados llegaría, al cierre de esta edición, al paso por la plaza del Obispo. Ante el marco incomparable de la Catedral, Jesús Catalá contemplaba en solitario el paso de la Virgen a la que unas horas antes había coronado.

Pasada la medianoche se produciría el reencuentro más esperado. La Virgen Coronada frente a la Soledad de Juan de Ávalos en un conjunto instalado en la casa hermandad de la Sagrada Cena. Igualmente, el sueño de los congregantes de ver bajo una lluvia de pétalos a su Virgen se vería cumplido en calle Sagasta.


Cerca del amanecer llegaría el momento de encontrarse con las vírgenes de la Estrella y Dolores del Puente a su llegada a Santo Domingo en una jornada de ensueño donde la historia hizo justicia a la Virgen de la Soledad.

domingo, 12 de junio de 2016

La Virgen de la Soledad, fiel a su estilo estético en la procesión de vuelta, lució el nuevo halo, que deslumbra tanto de cerca como visto al pie del trono

12-06-2016TuentiMeneame


MIGUEL FERRARY La toca de seda blanca volvió a lucir en la cabeza de la Virgen de la Soledad y tras la novedosa apuesta en el traslado, con estética antequerana y tocado que recordaba al que llevó a principios del siglo XX. La procesión triunfal de regreso ya no era momento de experimentar, sino de exponer la Virgen de la Soledad en todo su esplendor, con esa personal estética que la hace perfectamente reconocible.
Llamó mucho la atención el halo de coronación, una pieza de excepcional calidad y trufado de detalles. Es cierto que la distancia existente por ver el halo al pie del trono impide disfrutar de cada detalle de la pieza, pero sigue manteniendo una presencia rotunda.
También destacó la nueva saya, muy llamativa con un bordado de filigrana pero también pensada para disfrutar desde la distancia. Joaquín Salcedo, bordador que ha ejecutado la saya con diseño de Curro Claros, no perdía detalle de la salida procesional.

Algunos de los regalos recibidos por la Virgen de la Soledad con motivo de su coronación fueron utilizados para la procesión. Así, el barco de plata regalado por los Dolores del Puente fue colocado justo encima de la cartela central, lo que hacía el efecto de que estuviese a los pies de la Virgen. También se apreciaba el timón regalado por el Cautivo, en un lateral del manto de procesión; el broche regalado por las hermandades del Miércoles Santo y las medallas de la Agrupación de Cofradías y de la ciudad.
Recibimiento
La salida de la Virgen de la Soledad Coronada se hizo con la marcha Soledad Coronada, que guió la maniobra de giro en la calle Alcazabilla. Una vez que el trono se puso en posición y pasó por delante de la casa hermandad de Estudiantes, la Coral Polifónica de Nuestra Señora de la Paz empezó a interpretar la Salve Marinera, con música de la Banda de la Expiración. Fue un momento muy emotivo. Sin apenas tiempo, la Banda de la Expiración inició los primeros compases del Gaudeamus Igitur, también cantado por la coral, mientras que el trono iniciaba su camino de regreso a su casa hermandad.

El momento de echar los «Aleluyas» a la salida al paso del cortejo provocó cierto caos al caer donde estaban los hermanos más jóvenes, que abrían la sección de velas. En ese momento se lanzaron a coger un recuerdo en forma de estos papelitos, rompiendo las filas de las velas. Afortunadamente fue solo un momentáneo.

sábado, 11 de junio de 2016

jueves, 9 de junio de 2016

SOLEDAD DE MENA ANTEQUERANA

III DÍA TRIDUO DE CORONACIÓN SOLEDAD DE MENA

miércoles, 8 de junio de 2016

martes, 7 de junio de 2016

I DÍA TRIDUO CORONACIÓN SOLEDAD

lunes, 6 de junio de 2016

NUEVA HERMANA MAYOR DE ROMERÍA 2017

domingo, 5 de junio de 2016

sábado, 4 de junio de 2016

DEVOTO BESAMANOS A LA SOLEDAD DE MENA

viernes, 3 de junio de 2016

LA SOLEDAD VUELVE A SU CASA